Es importante tener una base lingüística sólida y una capacidad de expresarla productiva. Pero, ¿de qué manera comunicarnos? ¿es crucial ser tan estricto a la hora de hablar/escribir?
Lo principal es que los oyentes o lectores se sientan animados a hacerlo; utilizar el lenguaje de una forma ligera que facilite su “ingestión”. Al comunicarnos, queremos llegar al público, hemos de transmitir un mensaje claro y que resulte atractivo de recibir.
Además, en el caso de los escritos, ya no están de moda los típicos “tochos” o parrafadas interminables y carentes de vida que tanta pereza da leer y que, al final, parece que no nos han dicho NADA. Ahora, lo más práctico es potenciar los estímulos visuales: fotografías, imágenes, colores, distintos tamaños de letra… de manera que el primer mensaje informativo que capte el receptor sea ese. Conllevará a que se interese por el texto y probablemente lo lea. Y, detrás de cada palabra y de cada frase, ha de haber un sentimiento y unos fundamentos fuertes que nos lleven a exteriorizar y a reflejar con más énfasis la causa por la cual escribimos.
De la misma forma ha de actuar un profesor (y nosotros como futuros educadores) frente a los alumnos. Es conveniente no crear barreras con el lenguaje, no usar expresiones que les resulten extrañas y que haga que los maestros parezcan superiores a ellos. Parece una máscara que, en realidad, esconde a una persona normal como lo somos todos, que en casa se comunica de una manera también normal. Hay que romper esas barreras: utilizar un lenguaje coloquial (siempre y cuando sea correcto), cercano, próximo, que cree confianza, que haga que los alumnos se sientan a gusto, que ayude a cooperar, a que participen…
Tenemos la capacidad de manejar un recurso muy amplio, un recurso que mueve el mundo, un recurso que nos diferencia del resto de especies y que tiene tanto valor… que a veces ignoramos su importancia. Está al abasto de todos y debemos utilizarlo de una manera más equitativa.
¡Con esto no queremos incentivar las faltas de ortografía ni las oraciones mal organizadas! ¡Dejemos el cultismo para los jueces y disfrutemos de una comunicación más amena!
“Las personas tienden a confundir el buen lenguaje con un lenguaje complicado, creen que las personas que usan palabras rebuscadas y textos largos son los que tienen mejor lenguaje. No saben que la sencillez y corrección es la clave para ser dueño de un buen lenguaje.”
"Lo principal es que los oyentes o lectores se sientan animados a hacerlo"
ResponEliminaM'agrada aquesta publicació, hi estic totalment d'acord!
Doncs si, del que es tracta és que la gent s'expresi i utilitzi el llenguatge d'una manera senzilla y natural, de quina altra manera sinó estarem en contacte amb la societat?
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